Los aglomerados templados, producidos generalmente a una temperatura inferior de 30°C respecto de aquella del aglomerado en caliente, representan una alternativa válida a las técnicas tradicionales.
La notoriedad y la polivalencia de los agregados en caliente son evidentes. No obstante, es posible integrar soluciones alternativas en el ámbito de las fórmulas: las soluciones denominadas templadas, con temperatura del producto terminado entre 100-130°C.
Estas nuevas fórmulas han asumido el reto de igualar el rendimiento de los aglomerados tradicionales, reduciendo el consumo de energía y con emisiones de gases de efecto invernadero considerablemente inferiores. Tras muchos años de desarrollo de tecnologías de vario tipo, como por ejemplo la incorporación de aditivos líquidos o sólidos, o bien el empleo de técnicas de revestimiento a través de secuencias específicas, las fórmulas a base de espuma de betún han literalmente «seducido» una parte significativa de los constructores de carretera, los cuales aprecian la facilidad de extensión y los resultados inmediatos derivados de la misma.
Las soluciones que se basan en la inyección de aditivos permiten reducir la temperatura de revestimiento de los agregados de varios modos, por ejemplo modificando las propiedades químicas del betún para reducir su viscosidad, o bien liberando cantidades pequeñas de agua a una temperatura determinada y generando un efecto espuma.
Les additifs solides se présentent sous forme de poudre ou de fibres. Lorsqu’ils sont conditionnés en sacs, les additifs peuvent être introduits directement dans le mélangeur. Livrés en vrac ou big-bags, ils sont d’abords stockés dans des silos dédiés, dosés de manière volumétrique (par écluseur rotatif) ou pondérale (par vis peseuse), puis transportés vers le point d’injection, par vis ou par un système pneumatique.
Lorsque le bitume est mis en contact avec de faibles quantités d’eau avant d’être injecté dans le mélangeur, il change d’état et se transforme en mousse. Le volume du bitume peut alors représenter jusqu’à 20 fois son volume initial, et l’une des propriétés remarquable de ce nouvel état est de pouvoir enrober les granulats à des températures significativement plus basses que d’ordinaire.
Si la mousse de bitume est une technique aujourd’hui parfaitement maîtrisée, elle n’en demeure pas moins une technologie de pointe, tant par la précision requise pour le dosage de l’eau de réaction que par l’importance de maintenir en permanence les buses d’injection parfaitement propres.